El fotógrafo, la cámara y el Cosmos

Nuestra realidad está hecha de Espacio y de Tiempo, y la cámara es una herramienta construida con el propósito de capturar  un fragmento de esta realidad, o sea un fragmento del espacio y el tiempo

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Pierre Poulain

La apertura del diafragma controla el tamaño del espacio, a través de él la luz puede llegar al sensor, y la velocidad de obturación controla el tiempo de luz que podrá pasar. Sin embargo, la comprensión de esto no es suficiente para producir  la alegría que siente un fotógrafo al presionar el botón del obturador para capturar la esencia de un momento específico. La cámara actúa como una interfaz transparente entre el ser humano y el cosmos, y revela un vínculo que está presente en las Filosofías antiguas – de Grecia, por ejemplo – entre el Microcosmos y el Macrocosmos. 

 

El Cosmos es una realidad basada en las nociones de espacio y tiempo. De acuerdo con los conceptos de “Neter” (lo Sagrado, de los antiguos egipcios) o “Sadhana” (el Camino, de la tradición hindú), la realidad es siempre significativa. Hay un sentido en el Cosmos, porque el propio Cosmos es el producto del Caos, la materia no ordenada, y Theos, la Inteligencia divina. La combinación de Caos y Theos producirá el Cosmos, materia ordenada e inteligente. 

 

En el cosmos, la inteligencia de Theos se expresa como la Ley de la Naturaleza, así que, de acuerdo a esta definición, cada segmento de nuestra realidad tiene su propio significado, pero este significado está oculto a nuestros ojos la mayor parte del tiempo.

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Al capturar un momento de la realidad y congelarlo, la cámara nos permite poco a poco revelar la importancia del momento captado. Además, revela el vínculo entre la naturaleza del propio fotógrafo y el Universo, es decir: entre el Microcosmos y el Macrocosmos, porque es el fotógrafo quien ha capturado este momento. Este puede ser el motivo de su alegría. ¡El hecho de tomar una fotografía es participar en la naturaleza del Universo!

 

En la antigua visión griega del mundo había tres diferentes expresiones del Cosmos: ya definimos el universo como el Macrocosmos y el hombre como el Microcosmos, pero también existe el Mesocosmos, el nivel intermedio, que es el vínculo real entre el ser humano y el Universo, la tercera esfera, el lugar donde ambos participan. Este es nuestro mundo cotidiano, en el que encontramos la naturaleza y la civilización juntas, la esfera de acción de la cámara, donde el Microcosmos se vincula con el Macrocosmos.

 

De este modo, la cámara permite el descubrimiento de la inteligencia oculta en el Cosmos, pero también nos permite expresarnos a nosotros mismos, nuestra razón de ser, como idea o como sentimiento, en el mundo. Cuando esto se logra, la cámara se convierte en una extensión del propio fotógrafo. Esta puede ser la razón por la que algunos fotógrafos de calle o de documentales, especialmente los que trabajan con una cámara Leica, reputada como ligera, compacta y silenciosa, describen la relación con sus cámaras de una manera íntima y hasta afectuosa.

 

Al final, el fotógrafo, el mundo, la imagen y la cámara, se convierten en uno.

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PIERRE POULAIN

Fotógrafo de calle profesional, conferenciante y autor del libro Fotosofía

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